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Harman y Brelade.

Tomando en cuenta diferentes aportes teóricos, comprenderemos a la gestión del conocimiento como un proceso de administración de diversos saberes (ver figura 1), que surge desde y hacia la institución, y procura la creación, distribución y uso aplicado de los conocimientos con el objetivo de mejorar la capacidad de resolución de problemas.

Según Harman y Brelade[3] la gestión del conocimiento debe procurar la creación de un ecosistema en que la información sea accesible a los diferentes estamentos de la organización, pues son los individuos quienes la utilizan y crean su propio conocimiento, el que, si los estamentos superiores crean las condiciones, podrá ser transmitido al resto del equipo de trabajo.

La gestión del conocimiento resalta la relevancia de utilizar la capacidad de aprendizaje-enseñanza al interior de la organización. En ese sentido, el fomento del aprendizaje constituye una acción de gestión de conocimiento.

Para los autores, en estas etapas intervienen tanto el conocimiento tácito, que está estrechamente vinculado en la experiencia individual (creencias personales, perspectiva y sistema de valores), como el conocimiento explícito sobre una materia. Cuando se combinan estos dos tipos de conocimiento, se crean conocimientos totalmente novedosos.

Harman y Brelade, 2000.